miércoles, 7 de mayo de 2008

entrevista empresario (joven)

Esta entrevista decidimos hacerla a un empresario joven pues lo que queremos con esto es lograr mostrar que existen esos jovenes q quieren salir adelante y tienen muchas ganas de triunfar, muchas ideas nuevas, que apesar de ser jovenes pueden lograr salir adelante con sus ideales y sus deseos, que buscan cualquier oportunidad por lograr entrar en el mercado y lograr tener un nivel de reconocimiento en un mercado que es nuevo y competitivo, que tienen esas ganas de la juventud y son arriesgados, que no le importa fracaaar.


Gina Yusty H.
Angela Cesped

ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN PERALTA

Empresa: FERRETERÍA Y TUBERÍAS LTDA..

Luisa Fernanda Escobar
Isabel Sofía Chacón

ENTREVISTA A EMPRESARIO

LUIS MANCERA

PLUSS DENT

ESTUDIANTES:

  • CAMILO ACEVEDO
  • ANA MARIA RIOS
  • TATIANA URIBE

lunes, 5 de mayo de 2008

Hugo Martínez Escobedo (RAMM) - BioRalfa.com



DATOS DE LA EMPRESA

Nombre: BioRalfa
Compromiso: Producción de alimentos y productos naturales para mejorar la calidad de vida del hombre moderno
Fundada en: 1984
Página Web: www.bioralfa.com

DATOS DEL EMPRESARIO


Nombre: Hugo Martínez Escobedo (RAMM)
Edad: 58 años
Lugar de Nacimiento: Buga – Valle del Cauca

Entrevista en Video





CONTENIDO DE LA ENTREVISTA

Yo soy Ramm Martínez. Soy dueño de una pyme exportadora. Hacemos alimentos y cosméticos con recursos naturales. Vamos a cumplir 24 años de actividad en la ciudad de Cali y en la actualidad estamos reorientando la misión de la empresa hacia los productos médicos.

Estudié química en la universidad del valle en una época en que había una buena cantidad de huelgas y paros. Aproveche algún paro para trabajar porque necesitaba los recursos económicos. El primer trabajo en la parte química fue en Industrias el Fraile, un negocio en Tecnoquímicas, donde se hacían jabones. Les dije que ya estaba terminando química y quería colaborarles, entonces me dijeron que trabajara por el mínimo. Desde ahí comenzamos a desarrollar diferentes tipos de jabones. Aunque durante toda la carrera trabajé como profesor de física y química, esta fue la primera experiencia formadora. Un consejo que podrían tener algunos jóvenes es que vayan practicando su carrera, así sea por un sueldo mínimo.

La empresa en agradecimiento de este trabajo, me permitió seguir trabajando el año que me faltaba por graduarme, en el horario que yo quisiera por el sueldo mínimo, pero para uno es bueno tener esta oportunidad. Después de trabajar ahí y antes de graduarme me nombraron profesor de la universidad porque había escases de químicos puros en el país. Luego viajé y estuve un año por fuera, y cuando regresé tuve una empresa de productos químicos y con el grupo Santo Domingo me dediqué al desarrollo de Doña Arepa. No pudimos tener acuerdo en materia económica, así que me oriente por dos cosas: puse una pequeña empresa de alimentos para animales, donde se iniciaron las bases de mi actual empresa, y a su vez comencé a trabajar en el área de medicina de las dos universidades que había en ese entonces: La del Valle y la Libre.

Inicié trabajando por horas en ambas universidades, pero tiempo después tras renunciar al grupo Santo Domingo me vinculé tiempo completo. Traté de mantener simultáneamente la empresa de alimentos para animales, pero como no tenía suficiente experiencia no me fue bien. Tuve problemas con los permisos de fabricación, uno de los grandes problemas que tiene las pymes, y no le dediqué tanto esfuerzo por mantener. Finalmente vendí todos los equipos y me dedique a la medicina, porque me habían
asignado a un área que requería mucho trabajo. Sin embargo, mi primera empresa fue una experiencia muy interesante.

Después en el año 84 decidí casarme, lo cual implicaba dos compromisos muy grandes: el compromiso de tipo económico de mantener una familia y el otro compromiso de criar a los hijos en un ambiente sano. Entonces en ese momento se tomó la decisión, que viene de un hermano, que me lleva a decir: voy a seguir con la universidad y paralelamente voy a montar una empresa. De ahí nace lo que hoy es Ralfa.

Ralfa es una experiencia interesante porque cuando comencé la empresa tenía muchas ganas de hacer algo y poca plata. Me toco comenzar a poner una disciplina para conseguir capital, ya que de soltero no me interesaba tener un capital de baso. Entonces inicié con algunas actividades como prestar asesoría agroindustrial entre otras. Años antes había asesorado a alguien en la fabricación de una crema que se llamaba concha de nacar. En este desafío aprendí algo de cosmética y cuando ya quise montar mi empresa, una de las primeras pruebas que hice fue mi propia crema, simplemente como una forma de conseguir fondos. Otro proyecto fue implementar un trabajo que hice con las naciones unidas sobre filtros de agua. Me dije: el primer año se me va a ir en capitalizar y conseguir dinero.

Uno de mis objetivos fundamentales era importar un IBM desde EEUU y le dije a mi esposa, que en ese entonces era contadora, que la contabilidad algún día había que llevarla por sistemas. Había visto que había cuatro o cinco computadores en algunas empresas grandes y la idea era traer uno para la pyme. Pero entonces me di cuenta que el computador no hacia todo, que había que comprar un programa de contabilidad que ni siquiera venia en español y finalmente me di cuenta que aún no era tiempo de esto. Pero toda esta búsqueda de recursos me llevó a descubrir que había un movimiento iniciando en Colombia: Las tiendas naturistas, un océano azul llamaría hoy en el cual nos hemos dedicado a pescar estos últimos 24 años, y nos ha parecido muy linda e interesante la experiencia.

Y comenzamos con una crema que se llamaba “unique” y fuimos mirando las tiendas de la ciudad y fuimos vendiéndoles, pero pues teníamos que crecer y algo que nos impulsó fuertemente fue participar en ferias. Una de las ferias en las que participamos se llamaba Colombia expone, en el gimnasio del pueblo, y en esa feria alguien nos dijo que quería una crema natural para adelgazar y nosotros desarrollamos una crema para adelgazar a base de algas. También, alguien de argentina trajo una fórmula para adelgazar y nos pidió que se la hiciéramos. A partir de ahí hicimos entonces el segundo producto que era tratamiento que era frio/caliente. Y así de la misma feria fueron saliendo cositas que necesitábamos.

Una cosa importante fue que los primeros dos años no hubo un manejo contable, sino que la plata de la empresa era la plata de la casa. Esto llevó a la empresa prácticamente a una quiebra, ya que ese capital se gastaba y luego no se reponía, entonces después no había dinero para las materias primas. Creo que es algo que deben aprender las personas que quieran montar su propia empresa. Sin embargo, en este momento la empresa ya se había convertido en nuestro proyecto de vida, era algo que amábamos y a lo que no queríamos renunciar. Porque no era solo lo que nos permitía recursos, sino que nos permitió conocer muchas personas entre clientes y amigos. En la mencionada crisis de la empresa no la jugamos con un producto que se llama Vigorvit, el cual tuvo muy buena acogida en una de las ferias y esto nos permitió recapitalizar la empresa y mantenernos. Pero en una época hubo diferencias, vino la separación y con ella de nuevo una descapitalización de la empresa.

Otro aspecto importante que recuerdo ahora es el legal. Nosotros inicialmente salimos sin registro sanitario y sin permisos, pero poco a poco nos fuimos legalizando. A veces hay que tomar ciertos riesgos si se quiere crear una empresa. El registro de la empresa lo obtuvimos hablando con la secretaría de Salud, que en ese momento eran compañeros de la universidad. Con ellos hablamos que nos ubicaríamos en un apartamento, pero luego nos trasladamos a una planta mucho más moderna. Luego, como el Vigorvit se vendía muy bien, entonces también conseguimos la plata y obtuvimos el registro. Yo pienso que hay que comenzar en algo, luchar y perseverar, y las cosas se van dando.

Algo que también hemos aprendido y podríamos transmitir como una gran experiencia ha sido lo del outsourcing. El poder hacer muchas de las cosas de producción afuera. Por ejemplo, en este momento tenemos un convenio de cosméticos en Bogotá; ambos ganamos con la alianza, a él le pagamos por maquilarlo y eso nos ha evitado tener que obtener los permisos y conseguir más personal. También, estamos con algunas personas de Yumbo para no compara una maquina que cuesta 200 o 300 millones de pesos. De igual forma se está haciendo con la parte contable. No todo lo tienes que hacer, sólo lo más importante.

Una experiencia hermosa ha sido la exportación de nuestros productos. Nosotros teníamos 14 alianzas con pymes, las cuales se vieron afectadas por el crecimiento económico, la amenaza nos llevo a que teníamos que exportar. Inicialmente pensamos en Canadá, pero estábamos tirando muy alto. Entonces nos dimos cuenta que podíamos ser muy competitivos en Ecuador y después Venezuela. Por ahí se dieron las posibilidades de exportación.

En este momento se ha bajado el dólar prácticamente mil pesos desde el momento en que tuvimos los reintegros de exportación más altos. Esto está haciendo que la importación no sea tan rentable. Eso nos está dando un desafío, porque tener empresa es tener desafíos. Como dice nuestro asesor, cuando uno como empresario se levanta dice: Hoy voy a tener muchos problemas gracias a Dios. Porque uno no puede ver los problemas como problemas, debe verlos como grandes oportunidades.

Hacer empresa es un estilo de vida, al que le gusta no lo cambia por nada.




LA MARDEN: UNA LIBRERÍA Y PAPELERÍA AL ALCANCE DE LOS PALMIREÑOS

EDGAR CASAS VILLAQUIRÁN

Edgar Casas Villaquirán, actualmente es uno de los grandes comerciantes que tiene la ciudad de Palmira. Este hombre, que nació en Popayán hace más de sesenta años, siempre supo que quería tener su propia empresa, que le concediera ciertas libertades e independencia económica.
Su historia empieza cuando tenía 9 años y vivía en un barrio humilde de Popayán. No le gustaba ser el de los “mandados” en su casa, “siempre tenía que i r a la galería los domingos a traer la remesa” afirma Don Edgar. Fue esto lo que lo motivó a ofrecerse en su cuadra para hacer esos “mandados” a cambio de unos cuantos centavos. Tuvo tanto éxito, que se vio en la necesidad de comprar un carro de balineras, para poder cargar todos los costales hasta las casas.
Posteriormente, adquirió una carretilla, jalada por un caballo, para transportar otras mercancías a distintos puntos de la ciudad.
Un tiempo después, por allá en el 55, empezó a trabajar con un tío en papelería. Es a él a quien le debe sus conocimientos en esta materia; sin embargo, ahí no veía progreso y por esta razón se retiró a los tres años de este lugar.
Ya en 1959, se encontraba por casualidad en Palmira y necesitaba comprar una mina para un lapicero. De esta forma, fue a la papelería La Marden, en el centro de esta villa, y contó con la suerte que lo atendió el propietario de ese entonces Don Jesús Rodríguez a quien le pidió trabajo. Este señor le dijo q empezara a partir del próximo mes. Don Edgar regresó a Popayán a despedirse de sus amigos, quienes le hicieron una despedida debido a la cual no pudo asistir el primer día de trabajo. A pesar de esto, habló con su jefe quien entendió perfectamente la situación.
Desde esa época él ya tenía un objetivo trazado: el de crear su propio negocio. Catorce años trabajó para Don Jesús, atendiendo público, barriendo, haciendo domicilios, etc.; fueron unos años de arduo trabajo, con horario de 7 de la mañana a 8 de la noche sacando una sola hora para almorzar. Al cabo de estos años llamó a su jefe para renunciar y con unos ahorros montar su propio negocio; Don Jesús le propuso venderle la librería, ya que desde hacía algún tiempo estaba dedicado a otras actividades.
Apenas recibió autorización de su jefe empezó a hacer el inventario. Después de unos días de terminar esta labor, su jefe le preguntó cuánto había sido el total y sin necesidad de una revisión aceptó el valor que le había dicho Don Edgar: $1.600.000. El negocio se cerró por este valor ya que Don Edgar tenía dinero acumulado en prestaciones sociales y horas extras. Este dinero lo pagó en 30 meses.
Cuando este empresario adquirió la papelería, ésta era de unos 150 m2; actualmente es de 2500 m2 y puede decirse que es la papelería más grande de Palmira.
La historia no acaba ahí. Don Edgar, junto con sus hijos, además de hacer crecer esta papelería, fundó una fábrica de papel seda y artículos para oficinas con el mismo nombre Marden, que actualmente distribuye sus productos a la región noroccidental del país.
Por otro lado, vieron la necesidad de Palmira de otros Supermercados, con lo cual fundaron dos grandes superficies llamadas Supermarden. Desde un principio supieron que estas grandes tiendas no iban a ser suyas para siempre, ya que entendían que la tendencia era a que estas fueran administradas por empresas de mayor envergadura y ellos no estaban en capacidad de competir con almacenes como esos. Hace unos pocos meses vendieron estos supermercados a SAO (Súper Almacenes Olímpica), en el momento óptimo, antes de que lleguen a Palmira Carrefour y Éxito (que ya anunciaron su arribo a la Villa de las Palmas).
En medio de la charla nos dimos cuenta de la importancia que le da este empresario a la figura materna; identifica en ésta el eje fundamental de la casa; es quien guía a los hijos y quien los motiva a ayudar con el negocio de la familia.
En los años siguientes, después de la venta de los supermercados, los proyectos que vienen para este empresario son continuar haciendo crecer la papelería y principalmente, ampliar el mercado de la fabrica mayorista Marden. Igualmente en un lote de propiedad de la empresa, piensa construir una clínica, ya que es otra gran necesidad que tiene la ciudad de Palmira; este proyecto ya está esperando aprobación de los entes correspondientes en Bogotá.

DIANA QUINTERO OBONAGA
ANGELA MOLINA ZAPATA
CARLOS ANDRES LOPEZ VARGAS